martes, 3 de septiembre de 2019

Retornos

Las travesías náuticas son, en algunas ocasiones, impredecibles. El mar puede mostrarnos escollos geográficos o atmosféricos con los que no contábamos. Ballenas como la de Melville o cetáceos blancos como los de Bradbury pueden hacer que nuestras naves demoren su llegada a puerto más de lo previsible. Pero al fin llegamos a lo largo de este verano. 

Repuestos los víveres, la tripulación y la carga de nuestras carabelas, volvemos a botar los navíos hacia los océanos de este curso. Muy pronto os informaremos de los horarios de nuestra vuelta prevista para finales de septiembre. Mientras, os dejamos con la poesía que resultó ganadora el pasado curso en el XV Concurso Literario Villa del Duero. La autora es Carmen Peña, amante de todas las artes, como todas las olas de este mar, y nos acompaña en el taller de escritura de Ciguñuela.

SOLO UNA NANA

No quiero discursos largos, exceso de letanías.
Cántame una nana, tibia,
que me envuelva en el letargo de una sonrisa,
que mis labios se cierren y no escuchen los susurros internos de la noche
que se deslizan por mi garganta como un torbellino y necesita expulsarlos.
Cántame una nana, leída, 
donde las palabras se resbalen como una balada.
Cántame una nana a cielo abierto,
donde acompase el ritmo con la cadencia del mar en calma,
donde las olas rocen en caricia la arena, grana fina. 
Cántame una nana, dulce, que impregne el aire con olor a azahar en noche de
primavera.
Cántame una nana que deposite en mi boca el aroma a violeta, y que
desaparezca el olor a cedro, que no se perciba el incienso,
que no haya velas, ni cirios, ni luz artificial a mi vera y aparta de mí las coronas
y los largos lirios. Solo quiero margaritas naranjas, blancas y amarillas envueltas en racimos de jazmines. 
Y cántame esa nana, para hacer mi marcha serena.

sábado, 16 de marzo de 2019

El regreso de Manuel Rebollar Barro

El 14 de febrero de 2014, un día muy amoroso, tuvimos la oportunidad de conocer en Tordesillas a tres escritores, que nos ofrecieron una tarde única en aquella actividad que se llamó «La escalera de Moebius». Si pulsáis en la parte izquierda de esta página, en el archivo del blog, podréis recordar lo interesante, constructivo y clarificador que fue aquel día. También, las risas que nos echamos, porque no hay evento literario con la compañía de Ernesto Ortega, Miguel Baquero y Manuel Rebollar que no lleve aparejado gratas sensaciones.

Unos años después, regresa uno de aquel triunvirato: el sevillano (ahora cántabro) Manuel Rebollar Barro, igual de salado que siempre y, además, con una propuesta creativa inerrable: ¿qué pasaría si se desordena el caos? Para nuestro singular escritor, el caos y el orden son complementarios, y así lo explica en su increíble libro de microrrelatos La vida sin Murphy.

Imaginad un mundo en el que no existe el azar ni la mala suerte, un mundo sin Murphy y su ley. Un mundo en el que no existe entropía. Manuel Rebollar imagina un mundo en el que sus microrrelatos se convierten en un manual paradójico del desorden, para así ayudarnos a ordenar mejor nuestras letras e ideas. 

Además de explicarnos su teoría de hacer desaparecer a Murphy, el próximo viernes, 22 de marzo, en Simancas, ejercerá otra de sus múltiples facetas (es un hombre del renacimiento en pleno siglo XXI). En esta ocasión será escritor y profesor para ofrecernos un taller práctico de creación.

Si no tuvisteis la oportunidad de conocer a Manuel Rebollar, aquí os dejamos algunos datos que él mismo nos ha enviado:

«Manuel Rebollar Barro, hombre de letras (seis), dispersas por cada una de sus actividades: profesor de lengua y literatura, cazador de intervalos, promotor de muñecas rusas y cajas chinas, escritor de novelas para guiris, intérprete de signos inefables, echador de sal en las heladas, y empeñado, sobre todo, en que las palabras se vuelvan a parecer a las cosas».

«Manuel Rebollar Barro. Microrrelatista ocasional. Encuentros rápidos sin posibilidad de cariño. Sacio tu afán de lectura. Hotel y domicilio. Máxima discreción. Salón de actos del ayuntamiento de Simancas, 22 de marzo, 18 horas. La vida sin Murphy. Ni Cervantes ni Proust se enterarán».