sábado, 5 de marzo de 2011

Hablemos del mar

«Cada uno de nosotros es, sucesivamente, no uno, sino muchos. Y estas personalidades sucesivas, que emergen las unas de las otras, suelen ofrecer entre sí los más raros y asombrosos contrastes».
José ENRIQUE RODÓ. Motivos de Proteo

Así comienza El sueño del celta la última novela del escritor Mario Vargas LLosa, ganador del Premio Nobel de Literatura 2010. El libro nos lleva a África y a Irlanda, sin dejar de trasladarnos irremediablemente a las contradicciones de mundos y continentes a través de sus personajes , de igual manera que en el libro El mar, el mar, de Iris Murdoch, en el que las sucesivas personalidades de los personajes van construyendo una historia de encuentros y desencuentros.

Todos ellos afrontan cambios, dudas, inquietudes, miedos ocultos, reflexiones que les lleva a asumir hechos con determinación y que rara vez se desarrollan como esperaban. Las contradicciones entre sus deseos, lo que íntimamente anhelan, la interpretación de sus actos por los demás, la evocación del recuerdo y lo que va sucediendo a medida que la vida les arrastra a afrontar nuevas realidades. Rodeados de mar e inmersos en sus corrientes marinas que acunan y arrojan hacía las rocas simultáneamente. Hay mar en calma y maremotos en el libro.
El pasado miércoles nos embarcamos en El mar, el mar, de Iris, comentando las diferentes lecturas que surgen de todo libro. Todo el mundo coincidió en esa constante presencia del paisaje marino como fondo de una trama que va saltando entre evocaciones al pasado y deseos de nuevos futuros. Un mar que acompaña, envuelve y se personifica como protagonista activo,en la medida que va marcando los estados de ánimo de sus protagonistas.

Dijeron del libro:
«Rico en matices y emociones. El vaivén del mar lleva al protagonista, Charles Arrowby, a sumergirse en pasiones lejanas, obsesiones, miedos y manías, mientras todo se complica a su alrededor». (Rosa Martínez)

Para algunas lectoras, el protagonista miente constantemente. Para otras solo duda y elabora sus intentos de racionalizar lo injustificable para dar sentido a su vida. Las historias que plantea la novela son de una enorme actualidad, la esencia de la forma de relacionarnos es atemporal y no tiene referencias geográficas. Estos son algunos de los temas que se trataron en la tarde de libro-fórum:

El pasado y la memoria
Somos una construcción de nuestra memoria, que es nuestro pasado inventado. El libro tiene forma de memorias aunque habla de diario. Charles intenta Trazar la senda de lo que fuimos o pudimos ser: una novela, pura literatura.
“Es que yo me acuerdo... ¿de qué?”. No, no me acuerdo, invento mi relato. Y, sin embargo, sin él nada somos. 
 
La cadencia del mar. Marca el ritmo de la novela creando atmósfera y recordándonos el continuo paso del tiempo, cambio de estaciones, de estados anímicos. El mar como acompañante y como testigo. El mar como fondo y como presente.

El sentido de la familia y el matrimonio. ¿Qué es la familia, sino la institución tiránica que sustenta todo este edificio de mentiras en el que nos movemos? ¿Qué es sino un lago sin fondo basado en chantajes emocionales y en el miedo a perder, a ser aniquilados como individuos? El matrimonio: la base de esta farsa. ¿Cuánto dura el amor conyugal? ¿Qué hay después?

Qué entendemos por el amor, ¿la posesión del otro? ¿El amor es posesión del otro? ¿Es eso lo que entendemos por amor? Mejor dicho, ¿es eso lo que sentimos cuando estamos enamorados? Los surrealistas hablaban del amor libre, un amor-pasión sin ataduras de ningún tipo. ¿Dónde está en el libro? Cuando Charles quiere amar resulta que lo que quiere es poseer, moldear, secuestrar a Hartley. Y luego aparecen los celos, simbolizados en la serpiente marina, el áspero brebaje de la posesión.

La religión. Es otro de los temas que toca la escritora al final del libro. La religión la identifica con la superstición y con el poder. No hay ninguna diferencia,
Ya tenemos los pilares de nuestro mundo, como diría Engels: el matrimonio, la familia y la religión. Una referencia a su pasado de militancia política.

La relación entre la soledad y la independencia. ¿El precio de la libertad, o mejor de la independencia, es la soledad?
Otro tema es el existencialismo. En alguna parte de la novela se dice que "el infierno somos nosotros", parafraseando a Sartre que decía que "el infierno son los otros". Yo estoy más de acuerdo con Iris: somos nosotros, nuestra superconciencia (el superyó), policial, vigilante y castradora, que convierte nuestra vida en un juicio permanente con condena incluida. Tenemos una extraordinaria facilidad para amargarnos la vida. 

Las apariciones y desapariciones de los personajes se multiplican a lo largo del libro. De esta manera la novela tienen algo de teatral. De hecho el protagonista central es un director de teatro retirado.

Las obsesiones. El lado enfermizo del protagonista: todo lo que somos capaces de hacer cuando nos obsesionamos. Las jugadas a las que nos aboca la mente. El lado manipulador de las obsesiones. las evocaciones al pasado que en la mayoría de los casos inventamos.
La valoración conjunta del libro fue espléndida, aunque hubo algún apunte a un excesivo detalle en algunas descripciones. El ingenio de la escritora para estructurar una trama en la que va relacionando a los personajes, haciéndoles aparecer y desaparacer, elaborando estrategias que los relacionen desde un pasado confuso a un presente que se va complicando en una acción intensa mientras paralelamente parece que nada sucede, que el mar vuelve a sus ires y venires de oleajes que nunca acaban.
Invitamos a quienes todavía no se hayan lanzado al mar, que no se pierdan esta novela.

* Dibujos y fotografías: Magritte. Puente colgante en Irlanda del Norte. http://lacomunidad.cadenaser.com/almadegaviota/tags/zarpar