jueves, 21 de mayo de 2020

El correo del mar


Desde el principio de este curso, iniciamos un proyecto que se llamó «El correo del mar». Este año se propuso trabajar, de una forma pormenorizada, el género epistolar, aquel tan en desuso que nos remite a tiempos pretéritos. La sociedad corre a una velocidad que hace anacrónico el uso de cartas postales, se prioriza el correo electrónico o el uso del WhatsApp, así como las redes sociales en todas sus formas.

En ese contexto, se propuso en clase habilitar un cuaderno en el que cada semana una ola de este mar se hiciera cargo de una carta. Este soporte se convertía así en un mensaje en una botella de nuestro mar, pues el cuaderno viajaba de mano en mano entre cada tripulante.

En cada uno de los grupos de escritura (y también en las Aulas de Cultura, adaptado a las distintas situaciones), ese cuaderno viajero iba rotando por cada una de las personas de los diferentes grupos.

Llegó el confinamiento y, con él, las cartas del correo del mar se quedaron en la casa de la persona que le correspondía durante aquella semana.

Los talleres de escritura siguieron teniendo sus clases online y este blog volvió a coger fuerza con muchas nuevas historias y diarios de abordo, que cada cual tuvo a bien compartir desde sus hogares.

Hace pocos días, en una de estas clases se propuso retomar este cuaderno de forma virtual y compartir las nuevas cartas a través del blog. Sirva esta nueva entrada para compartir algunas de estas cartas de ese cuaderno varado allá por el mes de marzo.

domingo, 10 de mayo de 2020

Personajes protagonistas, secundarios fugaces

Esta semana, las olas de este mar han estado reflexionando sobre la creación de personajes y la satisfacción de que esos seres o entes (vivos o inanimados), a quienes les suceden nuestras historias, van modelándose dentro de cada escritor/a hasta adquirir su vida propia.

De Faulkner son estas palabras:

«Comienza con un personaje, y una vez que se pare sobre sus pies, lo único que puedes hacer es trotar tras de él con un lápiz y un papel, intentando estar lo más cerca posible para seguir observando lo que hace».

En las clases online hablamos de los tipos de personajes y de las diferentes formas de presentarlos en nuestros relatos, evitando, como hacemos los escritores/as principiantes, describirlos en lugar de mostrarlos imbricados en la acción.

También hablamos de la «teoría de la fisura», de George Simenon, y de la importancia de imaginar nuestros personajes a partir de sus defectos, porque todo personaje jugoso en una narración tiene que mostrar diferentes facetas y ser poliédrico. Los personajes repletos de bondad o, por el contrario, absolutamente perversos solo nos sirven para las series infantiles; pero si queremos que nuestro personaje sea recordado necesitaremos alguien o algo con diferentes caras o aristas.

En esta entrada imaginaremos una ruta para estos personajes que vamos a crear, partiendo de alguna de las que proponen sus autores L. Swaaij y Jean Klare en el Atlas del mundo de las vivencias. 

Bienvenidos a esta geografía emocional de un mundo que tal vez no exista o, al contrario, sea el que a partir de ahora tengamos que transitar. Un mundo sin fronteras, pasaportes ni fases de desescalada.