viernes, 20 de noviembre de 2020

Mensajes en botellas 'online'

 


Hace ya muchísimos años que llegaron los ordenadores a nuestras vidas, pero quizá haya sido en este año tumultuoso cuando se han convertido en una herramienta imprescindible.

Las redes nos acercan y nos alejan en un oxímoron interminable. Nos facilitan el contacto con aquellas personas distantes geográficamente o por motivos de confinamiento. Desde hace unas semanas, de hecho, los talleres de Mar de Incertidumbres se han trasladado al ámbito online.

Sé que no es la opción deseada por todas las olas, y que la llamada «pobreza digital» impide que cada semana podamos compartir el grupo entero, como hemos hecho desde hace años. Los problemas técnicos, la falta de soportes, las interferencias, la ausencia de contacto... Somos conscientes de las dificultades, pero desde aquí haremos todo lo posible para continuar la navegación mientras sea necesaria la distancia.

En el taller de Ciguñuela se han puesto manos a la obra y aquí os dejamos una carta de una tripulante, dedicada precisamente a este artefacto que es hoy remo necesario para llegar a puerto.

Estimado PC:

Qué tiempos tan difíciles para hablar y para escribir. Soy feliz ya con pequeñas cosas, y tú me abasteces de esa libertad que da el poder teclear libremente un manuscrito en la pantalla.

Antes de ir a más, me sincero contigo: no eres mi predilecto.

Yo amo el papel y la estilográfica, pero borro mucho. Adelanto y atraso frases, tacho y recupero, escribo al margen e hilo ideas con líneas y círculos poniendo lo de atrás adelante, y viceversa.

Has de saber que rompo y recompongo papeles amontonando bolas de ideas obtusas en mi papelera, hoy triste y vacía, y la tinta no se dilata ni estira. He descubierto que se consume, y en grandes cantidades.

Perdida en la cuenta del caudal que dispendio en reposiciones de celulosa y pigmento, y lo poco ecológica que resulto para la sociedad de hoy en día, te he elegido a ti solo y exclusivamente por esta cuestión. Por favor, no te hagas falsas ilusiones y esperanzas sobre mi lealtad. Sé que estar contigo será algo anodino, no te engaño. Lo otro siempre estará en mi mente y tú solo serás el medio en el que transcriba mi caligrafía; pero no sentirás la impetuosidad de mis trazas, ni notarás la alegría o pereza de mi caligrafía, ni la hoja tendrá marcas de agua de mis lágrimas o la saliva de mis risas.

Por todo ello, accedo a darte el «clic, quiero», pero has de saber que en mi ánimo nunca serás el primero.

Recibe un jovial repiqueteo.

Carmen Peña


sábado, 14 de noviembre de 2020

A los habitantes de los mares

A quienes habitan los Mares de Incertidumbres:

Como sabéis, hace unos días falleció una de nuestras compañeras de navegación.

Este blog, que es testigo de nuestra cartografía marítima durante tantos años, se encontraba en un lapsus temporal desde el curso pasado. No había manera de compaginar las consecuencias de la pandemia, las distancias obligadas (físicas y anímicas), con un curso que empezó mellado y ahora se debate entre las bocanadas de las clases virtuales y las presenciales.

Y en medio de este tsunami global, Milagros, una de las compañeras del taller de Tordesillas, se despidió del grupo mediante un mensaje cariñoso de WhatsApp, que muchas (yo incluida) no supimos entender, tan cegadas como estamos con nuestras vidas apresuradas.

Unos días después, nos informaron de su fallecimiento y se instaló la tristeza en las palabras escritas de cada ola de este taller. Por eso compartimos en este espacio algunas cartas y microrrelatos de sus compañeras con el fin de hacer un homenaje a esta mujer, que hoy navega en otros mares. Siempre la recordaremos con su sonrisa, su ironía, sus labios rojos, su rebeldía, su modestia y su educación extrema con todo el mundo.

 Buen viaje, compañera.



Microrrelato de Pilar Villa, ola imprescindible del Mar de Incertidumbres, como todas las demás.

 

 

lunes, 22 de junio de 2020

Zona intermareal


Llegó el tiempo de hacer nuestra parada veraniega. Después de este trimestre, en el que hemos navegado en la distancia, cuesta hacer memoria de todas las cosas que hemos descubierto este curso.


Han sido tres las islas donde nos hemos detenido: Anaïs Nin y Henry Miller. Una pasión literaria. Correspondencia (1932-1953); A Virginia le gustaba Vita y Antología de la literatura fantástica, de Jorge Luis Borges.

Los talleres han tenido diferentes secciones fijas:

Correo del mar: un cuaderno viajero en el que cada semana se escribía una carta

Mensajes en una botella: cada ola llevaba a clase un mensaje para esa botella, que viajaba a los diferentes municipios, favoreciendo el contacto entre los grupos en los que se desarrolla el taller de escritura.

Bote de palabras: desde hace varios años, conservamos un bote en el que cada semana las olas de este mar incluyen una palabra singular, bien sea por su grafía, sonoridad o significado.

Caja de objetos: se trataba de un espacio en el que se iban acumulando objetos a modo de cofre de tesoros. Cada uno de ellos son recursos que se han utilizado para diferentes ejercicios de creación.

    
En este blog vamos a recoger contenidos y ejercicios que queráis destacar de entre todos los realizados en este año tan atípico.

Queridos y queridas argonautas, es un placer viajar y compartir estas burbujas literarias en medio de esta realidad de ficción en la que estamos inmersos.

¡Buen verano y buena mar!

jueves, 21 de mayo de 2020

El correo del mar


Desde el principio de este curso, iniciamos un proyecto que se llamó «El correo del mar». Este año se propuso trabajar, de una forma pormenorizada, el género epistolar, aquel tan en desuso que nos remite a tiempos pretéritos. La sociedad corre a una velocidad que hace anacrónico el uso de cartas postales, se prioriza el correo electrónico o el uso del WhatsApp, así como las redes sociales en todas sus formas.

En ese contexto, se propuso en clase habilitar un cuaderno en el que cada semana una ola de este mar se hiciera cargo de una carta. Este soporte se convertía así en un mensaje en una botella de nuestro mar, pues el cuaderno viajaba de mano en mano entre cada tripulante.

En cada uno de los grupos de escritura (y también en las Aulas de Cultura, adaptado a las distintas situaciones), ese cuaderno viajero iba rotando por cada una de las personas de los diferentes grupos.

Llegó el confinamiento y, con él, las cartas del correo del mar se quedaron en la casa de la persona que le correspondía durante aquella semana.

Los talleres de escritura siguieron teniendo sus clases online y este blog volvió a coger fuerza con muchas nuevas historias y diarios de abordo, que cada cual tuvo a bien compartir desde sus hogares.

Hace pocos días, en una de estas clases se propuso retomar este cuaderno de forma virtual y compartir las nuevas cartas a través del blog. Sirva esta nueva entrada para compartir algunas de estas cartas de ese cuaderno varado allá por el mes de marzo.

domingo, 10 de mayo de 2020

Personajes protagonistas, secundarios fugaces

Esta semana, las olas de este mar han estado reflexionando sobre la creación de personajes y la satisfacción de que esos seres o entes (vivos o inanimados), a quienes les suceden nuestras historias, van modelándose dentro de cada escritor/a hasta adquirir su vida propia.

De Faulkner son estas palabras:

«Comienza con un personaje, y una vez que se pare sobre sus pies, lo único que puedes hacer es trotar tras de él con un lápiz y un papel, intentando estar lo más cerca posible para seguir observando lo que hace».

En las clases online hablamos de los tipos de personajes y de las diferentes formas de presentarlos en nuestros relatos, evitando, como hacemos los escritores/as principiantes, describirlos en lugar de mostrarlos imbricados en la acción.

También hablamos de la «teoría de la fisura», de George Simenon, y de la importancia de imaginar nuestros personajes a partir de sus defectos, porque todo personaje jugoso en una narración tiene que mostrar diferentes facetas y ser poliédrico. Los personajes repletos de bondad o, por el contrario, absolutamente perversos solo nos sirven para las series infantiles; pero si queremos que nuestro personaje sea recordado necesitaremos alguien o algo con diferentes caras o aristas.

En esta entrada imaginaremos una ruta para estos personajes que vamos a crear, partiendo de alguna de las que proponen sus autores L. Swaaij y Jean Klare en el Atlas del mundo de las vivencias. 

Bienvenidos a esta geografía emocional de un mundo que tal vez no exista o, al contrario, sea el que a partir de ahora tengamos que transitar. Un mundo sin fronteras, pasaportes ni fases de desescalada.


martes, 28 de abril de 2020

Historias imposibles, o no


«Porque de lo posible se habla demasiado»

Silvio RODRÍGUEZ


En el último taller online que hemos tenido, hablamos del emblemático Jacques Carelman (Marsella, 1929-Argenteuil, 28 de marzo de 2012), conocido por el diseño de objetos imposibles.

En este presente incierto, en el que vivimos pendientes de una curva, nos pareció interesante refugiarnos en la literatura y en los juegos del lenguaje, que nos permiten crear mundos diferentes, al margen de lo objetivo que está ahí fuera, detrás de las ventanas.

Carelman no se dedicó a la literatura como la conocemos; de hecho, fue un pintor, decorador de teatro e ilustrador francés. Pero, como buen artista, creó objetos imposibles que nos permiten fantasear y adaptarlos a nuestro mundo de náufragos de las letras.


De estos objetos, dijo su autor:

«Mis objetos son perfectamente inútiles […], lo contrario a los artilugios de los que nuestra sociedad está tan ávida».

Jacques Carelman fue mundialmente conocido por uno de los carteles más famosos de Mayo del 68; pero, sobre todo, por sus objetos imposibles, un extenso conjunto de artefactos insólitos (unos cuatrocientos) que comenzó a idear a finales de la década de 1960.

Este conjunto de artefactos, conocido en España como Catálogo de objetos imposibles, consistió en la parodia de los catálogos de venta por correo, como, por ejemplo, el de Manufrance. Presentaba cuatrocientos dibujos de objetos cotidianos reinterpretados de una manera un tanto surrealista y bastante absurda.

El libro tuvo un éxito extraordinario. Se vendieron 100.000 ejemplares en Francia y posteriormente se publicó en otros muchos países.

Podéis conocer este catálogo en el siguiente enlace:

http://www.culturaentretenida.com/2012/images/programas/oimposibles.pdf

Y ahora es vuestro turno. Contemos pequeñas historias eligiendo uno de estos objetos imposibles.


jueves, 23 de abril de 2020

Feliz Día del Libro


Desde el confinamiento, algunas olas de este Mar de Incertidumbres han querido leer sus textos preferidos. Gracias por vuestro trabajo, por la ilusión que ponéis en cada actividad y cada propuesta literaria para que, a pesar de todo, sigamos refugiándonos en las palabras. Porque, afortunadamente, los libros no están prohibidos.

Buena mar y a seguir navegando.

viernes, 10 de abril de 2020

'Cuentos de los días raros'


Cuentos de los días raros


Este es el título de uno de los libros de José María Merino publicado por Alfaguara en 2004. Sus palabras siguen latiendo en este abril tan incierto. En su contraportada dice esto: «Los quince cuentos de este libro nos hablan de esos días raros, siempre al acecho para traernos la fascinación o el desasosiego de lo imprevisto, de lo misterioso, de lo fatal y mostrarnos que puede esconderse tras las imágenes de lo cotidiano».


Yo añadiría que «esos/estos días raros», los de ahora, encierran no solo desasosiego y búsqueda de lo misterioso, sino también de lo bello, de los encuentros virtuales inesperados, de los rasgos de humor entre conversaciones, de los anhelos detrás de las nubes y ventanas, de la ternura, de la empatía entre humanos, de los descubrimientos de todo aquello que nos hace sentir mejor, porque ya hay bastantes espacios involuntarios de lo fatal que nos llegan allá por donde miremos.


Os sugiero continuar el texto que transcribo a continuación, que constituye el comienzo de uno de estos cuentos de José María Merino. Dice así:

Dejar de percibir el significado de las palabras es la más desdichada enfermedad que le puede aquejar a un lingüista. Esto le había sucedido un día al profesor Eduardo Souto, y con ello se inició para él un largo periodo de confusión y delirio. La oscuridad de las palabras en que no conseguía identificar otra cosa que la pura acumulación de los sonidos que las componen, le llevó a buscar en los ruidos naturales el sentido que ya no era capaz de hallar en aquellas. Persiguió el murmullo de los arroyos y los golpes en el oleaje, intentando encontrar en su azaroso rumor las señales de un mensaje certero. […]

La propuesta es continuar este cuento y compartirlo en este espacio en la sección de comentarios.

domingo, 29 de marzo de 2020

OuLiPo



TALLER DE LITERATURA POTENCIAL


Confinados, pero no por ello inactivos, avanzamos en nuestro aprendizaje en torno a la creación literaria.

Descomponemos las palabras y las recomponemos con significados diferentes. Roma y amor tienen los mismos átomos. Mezclamos vocablos y los amasamos, los dejamos reposar bajo la cubierta del cuaderno y volvemos a amasarlos hasta que adquieren la elasticidad deseada para ser un micro. A veces, se nos va la mano con los sustantivos o con la temperatura emocional y nos sale un relato de tres folios. No importa, experimentamos. Luego compartimos el resultado alrededor de las mesas del taller o lo embotellamos y lo lanzamos a este mar para que todos podamos saborear el dulce acróstico, la especiada descripción o la carta picante. Si es necesario, rectificamos la puntuación o cambiamos las repeticiones por sinónimos, ajustando el guiso a nuestro timbre de voz y a otros paladares. 

Y de esta manera, buscando fórmulas, encontramos al grupo OuLiPo que, como cocina de autor, tiene un libro con recetas  para la literatura. En ellas se mezclan los ingredientes de la lengua con las medidas de las matemáticas (catorce versos dicen que es soneto). En su índice alfabético descubrimos anagramas, bolas de nieve y avalanchas, lipogramas, método S+7, palíndromos, permutaciones, poemas booleanos, relatos arborescentes, tautogramas… Cocina de artesanos para llegar al arte de la literatura.  

Con diez sonetos y unas tijeras fueron capaces de crear cien billones de sonetos, todos con la misma rima, en un libro de bolsillo; un soneto cuántico que no se puede terminar de leer en muchas vidas. Dicen que  novelas como El Quijote tienen una estructura fractal y que hay relatos que son cajas chinas. 

A mí, de las matemáticas me gustan sus curvas, la economía de su lenguaje, su lógica, su forma de ajustar una nube de puntos a una ecuación, su capacidad para predecir... De la literatura me quedo con el latido, la manera que tiene de envolverme en atmósferas paralelas; de hacerme reír y llorar, sentir opresión o nostalgia; de descubrirme paisajes que nunca existirán, de traerme otros coros de voces…

Literatura y Matemática bailan juntas como juego creativo. Pero ¿es posible llegar así a la obra de arte?

¡Intentémoslo!

miércoles, 18 de marzo de 2020

Partes de guerra




Apreciadas olas de mares fantásticos, de océanos realistas y surrealistas; de aguas profundas frías y oscuras; también  de playas cálidas, dulces y sugerentes. Mis amadas olas, ¡os echo tanto de menos! 


Mañana se cumplen dos semanas sin asistir a la cita líquida, salada y fértil que entre las históricas piedras a las orillas del Duero nos hace fluir la creatividad, la libertad de ser y de pensar, nos baña con la ideología del respeto, la complicidad hacia lo diferente y el ansia por entendernos. Sé que seguiré faltando, no por abandono deseado, sino por la norma. Ya me conocéis, cuestiono todas las normas; pero las cumplo, por centralismo democrático, casi todas.


Ahora que las circunstancias nos confinan tras los muros conventuales de nuestras propias viviendas, mientras la tecnología nos da alas. Ahora que el logo de un sobre en una pantalla es más rápido que una paloma mensajera. Ahora que empezamos a vivir tiempos de una guerra nueva que nos prohíbe tocarnos, sentir el pálpito o el rubor del compañero. Ahora que se nos permite vernos solo en dos dimensiones, oírnos en altavoz estéreo y, sobre todo, leernos el alma solo si queremos abrirla en el alfabeto parpadeante de palabras con corrector de idioma y emoticonos correctores de palabras. Ahora que el tiempo tiene una elasticidad diferente al número de acciones por segundo. Ahora os propongo utilizar instrumentos olvidados para tocar sinfonías nuevas. No se trata de volver a las danzas tribales para la representación folclórica, sino más bien de dar un uso nuevo a aparejos en desuso. De retomar el blog Mar de incertidumbres y reventarlo a abrazos apalabrados, a toses escupiendo la soledad, a besos emocionados a la vida, a voces en negrita o cursiva de todo aquello que llevamos dentro y que no podemos transmitir frente a frente, cuerpo a cuerpo. Quiero saber de vosotras y vosotros. Quiero que sepáis de mí. No solo por los mensajes cortos en la web, infinitamente reenviados, que dejan entrever el deseo de estar, de saberse parte, pero que no dejan paso al sentimiento abierto en canal, al océano interior de corrientes, lleno de peces y corales que se escapan de las redes.


Os quiero vivas a todas y cada una; os quiero vivos a todos y cada uno remando en el galeote.


Os propongo escribir en nuestro blog como si fuera la casa de Juana. Colguemos los textos que estos días raros se nos ocurran y luego vamos viendo. Marifi, tú reprime un poco, solo un poco, las reprimendas. ¡Ah!, y que nadie haga un Teresa. Elena, leerte será un placer, hace mucho que no suenan tus palabras en la Torre. 

A todos, os quiero.


Buenas noches y buena travesía.