sábado, 25 de febrero de 2012

Estación claridad, vamos llegando

«Dicen que somos lo que recordamos. Soy lo que viví. Soy el bochorno, soy la bofetada de madre, soy el silencio, la espera, las palabras que nadie dice, la noche en blanco y los dibujos que hace la farola en la habitación [...]».

«Nada hace más ruido ni despista más que lo accesorio [...]».

Baruc en el río, de Rubén Abella


En el preciso instante de comenzar, se oscureció la tarde con una negrura agitada provocada por un trasgo. Pero llegó la luz acogiendo las resonancias de las palabras de Rubén Abella sobre los círculos de su vida y su vínculo con los libros.

«Para mí, leer y escribir es como respirar, algo inherente a mi existencia», nos dijo.
Y aparecieron Milán Kundera, Antonio Lobo Antunes, Faulkner, García Márquez, Gonzalo Torrente Ballester, McEwan, Philip Roth, Sandor Marai y tantos otros, amalgamados en el flujo sanguíneo de su narrativa.

Y así, poco a poco, casi de manera imperceptible, llegó la cascada de su pasión por la literatura. Su discurso nos permitió abrir ventanas, oteando el mundo del escritor que hay detrás de la ficción que hemos leído.

Igual que leyendo vamos reconociendo la verdad interior de cada uno, escuchamos las claves de la necesidad de alejarse para escribir sobre lo vivido. Nos habló de sus viajes, su disciplina en el oficio, su trabajo artesano con el que compone, reelaborando una y otra vez lo escrito. También habló de sus inquietudes, recuerdos y de las espirales de su vida que le han llevado a la calle Magallanes de Valladolid que le vio nacer.

Dijiste que la literatura era luz. Gracias, Rubén, y gracias a todos los que nos acompañasteis en una tarde en la que el invierno comenzó a acercarse al cambio de estación. Una tarde muy clarificadora que comenzó a oscuras. 

La vida y sus imprevistos que, como siempre, marcan la pauta de lo que sucede mientras lo planificamos. Y, como dice el autor en Baruc en el río: «Nada hace más ruido ni despista más que lo accesorio».

Muchísimas gracias a todo el mundo que colaboró y abrazó una visita preparada con mucha ilusión.

(Fotografías de José Manuel Rodríguez)

miércoles, 8 de febrero de 2012

'Baruc en el río'


En ocasiones anteriores hemos comentado la obra de Rubén Abella (Valladolid, 1967). Trabajamos sus micros en el taller de escritura y nos sumergimos en el río de Baruc arrastrados por su última novela y su cuidado uso del lenguaje. También hemos tenido la suerte de compartir mesa redonda en un curso que se desarrolló el pasado mes de julio en Urueña (La Villa del Libro) al hilo de los aspectos didácticos de los cuentos y la microficción.

En aquel debate surgió la posibilidad de que hiciera un «vuelo transoceánico» desde sus mundos literarios hasta este mar incierto. Y entre estas olas os dejamos algunos apuntes de su vida y su viaje por la literatura.

El próximo día 24 de febrero nos visita este escritor, licenciado en Filología Inglesa, que ha cursado estudios de posgrado en las universidades de Tulane (Nueva Orleans, Estados Unidos) y Adelaida (Australia), donde obtuvo un máster en Narrativa Moderna Norteamericana.

Rubén Abella compagina la escritura con la fotografía. Fruto de esta doble actividad artística es el proyecto Fábulas del lagarto verde, que combina la imagen y la palabra. Ha impartido clases, conferencias, cursos y talleres sobre diversas materias (creación narrativa, traducción literaria, lengua española, redacción, teoría literaria) en universidades de todo el mundo. Es profesor de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y dirige la asignatura Literatura del siglo xx, del Máster de Narrativa de la Escuela de Escritores, también en Madrid.

Con su primera novela, La sombra del escapista, Premio Torrente Ballester (2002), representó a España en el Europäisches Festival des Debütromans (Festival Europeo de la Primera Novela).

No habría sido igual sin la lluvia, Premio Mario Vargas Llosa NH de Relatos (2007), está formado por un conjunto de microrrelatos cosmopolitas que condensan casi veinte años de viajes por el mundo.

El libro del amor esquivo, finalista del Premio Nadal (2009), es una novela de vidas cruzadas.

Los ojos de los peces, finalista del Premio Setenil (2011) y del Premio de la Crítica de Castilla y León (2011), su segundo libro de microrrelatos, propone un revelador viaje al centro del alma humana.

Baruc en el río es su tercera novela, y tuvimos el placer de asistir a su presentación en Valladolid.

Agosto de 1980. Mediodía. Tras una feliz mañana de pesca en el río, Baruc, un adolescente de quince años, tiene una inesperada disputa con su madre y se escapa de casa. A partir de ese instante la vida de su familia cambiará por completo. Narrada treinta años más tarde por su hermano menor, Baruc en el río es la historia de esa huida y de sus imprevisibles consecuencias. Una crónica compleja, de múltiples ángulos, cuidadosamente hilvanada con los testimonios de sus protagonistas. Por medio de un lenguaje exquisito, Rubén Abella nos sorprende con una conmovedora exploración del pasado en la que el amor y la culpa juegan un papel decisivo. Baruc en el río es una búsqueda. Un intento de salvar lo insalvable y evitar lo inevitable. Un lúcido espejo en el que mirarnos.




Os esperamos a todos, para disfrutar de las palabras de Rubén Abella, en el salón de actos del ayuntamiento de Tordesillas el día 24 de febrero a las 18 h. No faltéis.