«Dicen que somos lo que recordamos. Soy lo que viví. Soy el bochorno, soy la bofetada de madre, soy el silencio, la espera, las palabras que nadie dice, la noche en blanco y los dibujos que hace la farola en la habitación [...]».
«Nada hace más ruido ni despista más que lo accesorio [...]».
Baruc en el río, de Rubén Abella
En el preciso instante de comenzar, se oscureció la tarde con una negrura agitada provocada por un trasgo. Pero llegó la luz acogiendo las resonancias de las palabras de Rubén Abella sobre los círculos de su vida y su vínculo con los libros.
«Para mí, leer y escribir es como respirar, algo inherente a mi existencia», nos dijo.
Y aparecieron Milán Kundera, Antonio Lobo Antunes, Faulkner, García Márquez, Gonzalo Torrente Ballester, McEwan, Philip Roth, Sandor Marai y tantos otros, amalgamados en el flujo sanguíneo de su narrativa.
Y así, poco a poco, casi de manera imperceptible, llegó la cascada de su pasión por la literatura. Su discurso nos permitió abrir ventanas, oteando el mundo del escritor que hay detrás de la ficción que hemos leído.
Igual que leyendo vamos reconociendo la verdad interior de cada uno, escuchamos las claves de la necesidad de alejarse para escribir sobre lo vivido. Nos habló de sus viajes, su disciplina en el oficio, su trabajo artesano con el que compone, reelaborando una y otra vez lo escrito. También habló de sus inquietudes, recuerdos y de las espirales de su vida que le han llevado a la calle Magallanes de Valladolid que le vio nacer.
La vida y sus imprevistos que, como siempre, marcan la pauta de lo que sucede mientras lo planificamos. Y, como dice el autor en Baruc en el río: «Nada hace más ruido ni despista más que lo accesorio».
Muchísimas gracias a todo el mundo que colaboró y abrazó una visita preparada con mucha ilusión.
(Fotografías de José Manuel Rodríguez)
Y de nuevo la magia cruzo Tordesillas en la tarde de ayer. Las palabras e historias de Rubén Abella se abrieron camino entre los fríos del invierno para calentar el ambiente. Nos habló de su manera de hacer, de sus viajes, de los recuerdos de infancia a los que recurre para dar vida a sus personajes, de los libros que le han marcado y con los que ha disfrutado...
ResponderEliminarDespués de la charla el reencuentro con los amigos y compañeros unas cañas y más charla, de la vida, de los libros, de Baruc en el río...
Como digo, la magia pasa siempre por Tordesillas cuando Marta, Jesús y cuantos hacen posible estas tardes, nos las llenan de palabras y personas maravillosas...Gracias!!!
Nunca hubiera imaginado que escritores reconocidos y premiados hicieran un alto en sus actividades para acercarse hasta estos talleres de pueblo de escritura y aprendizaje. Y, sin embargo, ayer Rubén Abella lo hizo. No sólo lo hizo, sino que antes de comenzar su charla fue uno más entre nosotros; y, cuando terminó, volvió a ser uno de los nuestros con la naturalidad de un amigo.
ResponderEliminarDurante el acto, titulado “Pregúntale al manzano: notas de vida y escritura”, nos dio una clase magistral de humanidad y de humildad. Nos habló, como un artesano de su oficio, sobre su caminar por la literatura, de su equipaje de lecturas y viajes, de su forma de trabajar… Nos habló desde su experiencia como lo haría alguien próximo que quiere ayudarnos.
No tenía una idea preconcebida sobre Rubén Abella, pero tampoco esperaba tanta sencillez y proximidad. No puedo evitarlo, me emociona encortar personas como él. Y, sí, ahora lo leeré con más ganas aún.
He leído “Los ojos de los peces” y “Baruc en el río”, espero que Elena termine “La sombra del escapista” para que me lo pase y compraré “El libro del amor esquivo” (lo siento, mi economía no da para comprarlos todos).
De “Baruc en el río” me gustó mucho la forma en que está escrito, incluso más que la historia, que es una especie de crónica de una muerte anunciada que mantiene la tensión durante toda la novela. Pero la forma me atrapó; sus descripciones se convierten en sensaciones físicas (humedad, calor, luz, miedo, tensión, deseo…).
Lo siento si me he alargado un poco, pero no me atreví a hablar ayer y me estoy desquitando (…es broma), sólo unos agradecimientos y ya.
Felicitaciones al equipo encargado de este tipo de actos (Marta, Ricardo, Jesús) y muchas gracias a Rubén Abella por su tiempo, por su trato y por “escribir es una forma de estar en la vida”.
Saludos.
Suscribo de "pe" a "pa" el comentario de Ana. Rubén se ganó al público que acudió a su charla sin hacer alardes de nada ni dejar de mostrarse como lo que es, un artesano de un oficio que casi todos admiramos. Cuantos otros nos tropezamos por estos mundos literarios con menos talento y más, mucho más endiosamiento. Por eso es tan de agradecer que aquellos a los que tendemos a idealizar se nos presenten tan humanos, tan accesibles y honestos.
ResponderEliminarNo quiero abundar más por ahí, además Ana lo reflejo a la perfección.
Nada más que agradecerle a Rubén Abella su escritura, sus novelas, sus relatos. Es un gran placer disfrutar de su literatura, ahora que le conocemos mejor cobran más valor sus libros.
Tampoco quiero dejar pasar la ocasión para agradecer a las personas que se curran estas actividades su desvelo para hacerlas posible, al igual que toda la actividad que generan la Aulas de Cultura y Educación de Adultos. Es importante para todos nosotros que sigan ejerciendo su trabajo y que reciban el apoyo decidido de las diferentes administraciones. En épocas de crisis y de recortes alguien puede sentirse tentado a menospreciar iniciativas tan loables como a las que nos referimos. En eso todos cuantos participamos en ellas debemos mostrarnos unidos en su defensa y en hacer ver que no son cosas menores.
Nada más (ni menos).
Saludos.
Jose Manuel
Firmo tu alegato, por supuesto, las tentaciones que las resuelvan en otras habitaciones..., y nos dejen recibir estos "chutes de vida"
EliminarS¡lv!a
Una jornada Excitante gracias a un grupo de gente muy competente que organizó el evento (que acaba de enunciar Ana), gracias a la figura central del mismo, un chico de la calle Magallanes, Rubén "Mano lenta" Abella (por aquello de que es un lector y un escritor lento, según confesó ayer - dato que me encantó)que como un gran mago me hipnotizó, y gracias al reencuentro con ese grupo humano que me da tanta energía y con el que ayer me lo pasé genial (Momento de Expiación: perdonadme por estar un poco alterada(tenía sobredosis de energía...) y sobre todo tú, Elena, mujer de múltiples talentos menos uno: el de estar en dos sitios a la vez, qué le vamos a hacer...- no me lo tengas en cuenta).
ResponderEliminarDeciros sobre el libro "Baruc en el río", que he disfrutado mucho leyéndolo, que me han gustado mucho las distintas historias, los distintos personajes (me costaría elegir uno), componentes de una trama muy bien urdida, muy bien suspendida, muy bien liada y coincido con Ana en que me ha atraído muchísimo el Cómo todo eso está escrito, cómo iba leyendo frases en las que me quedaba suspendida un rato, saboreándolas, digiriéndolas ("la ventana supuraba una luz oscura" o "...el auricular estéril junto al cuerpo descabezado del aparato", todo ello con un ritmo casi continúo, no hay descanso. Me ha gustado mucho el uso que hace de los puntos y seguido, cómo enlata en ellos pequeñas frases o palabras únicas, aisladas del resto, me ha ayudado con la digestión supongo. Quiero destacar las sutiles pinceladas de humor que presenta el libro (a mí me encantó el momento en el que 4 personajes suben al coche de policía).
Tengo muchas ganas de seguir leyéndote lentamente, Rubén Abella. Muchas gracias por introducir este humilde pero fervoroso espacio en tu importante agenda.
No dejéis de leerlo.
S¡lv!a
¡¡¡Joooo que bien lo contáis!!!...Gracias.
ResponderEliminarDisfruté mucho del acto y comprobar que Ruben Abella es de carne, hueso y corazón.
ResponderEliminarGracias por traerlo.
Saludos. Es laprimera vez que paso por esta casa. Me dauna sana envidia el acto tal y como secuenta. Pero en realidad lo que mellama poderosamente la atención es el título escogido. Como el final de un maravilloso poema de la poeta argentina María Elena Walsh. elegante, hondo y sobre todo precioso.Un saludo.
ResponderEliminarGracias por tu visita. Sí el título es de ese mágico poema , que vimos hace tiempo y vuelvo a traer a estas aguas como homenaje a su creadora, una gran poeta. Me alegra saber que te gusta tanto como a mí.
EliminarViento sur
(María Elena Walsh - Lito Vitale)
No hay túnel que dure cien años, mi vida.
Mirá como se arruga la tiniebla,
la procesión de pálidas se desbarranca,
los funcionarios inauguran ruinas.
Y vos y yo fundamos aires buenos.
Dónde estará la plata de mi río,
sólo barro y olitas de minué.
En los camalotes cantan las sirenas,
pero Ulises camionero no las oye,
sólo escucha la radio.
Llueve liquen en los decrépitos televisores,
buenas noches a todos, mariposas y difuntos.
Transmiten en cadena las cadenas.
El cemento se cansa de ser cobija de la Pampa.
Por los baches asoma la luz mala,
resucitan cardos y maíces,
abran paso a las luciérnagas curiosas que verán.
Viento sur, olor a transparencia,
silbo de la calandria,
madrecita cantora del primer rayo de la aurora.
La sopa de los pobres llega al centro,
y su vapor al reino de los cielos.
Ventolina que barre tormentas,
lavadero del alma, nos deja serenitos,
reciclando la pena en vasto amor.
Silbo de la calandria y vidalita de la esperanza.
Darle cuerda al amanecer, empujar un poco al Sol,
al buen día meterlo en casa.
Silba la calandria y nos sorprende en vela,
amuchados, con ganas de seguir.
Estación claridad, vamos llegando."
Yo ya no se que decir. Todas estas tardes en las cuales coincidimos son fantasticas, sí, fantásticas en el más ámplio sentido de la palabra. Únicamente hay una cosa que me da mucha pena y es que el reloj corra tanto y tan deprisa porque la reunión con Rubén Abella fue como un fogonazo. Brilló con luz propia (aunque en un princio no había). Comparto y suscribo los comentarios de los compañeros. La lectura de este escritor es amena, fácil, engancha desde el inicio hasta el fin. Me gusta sobre todo ese escribir como para "estar por casa", pero ¡qué manera de estar por casa",¡vaya manera de contar las situaciones más normales y cotidianas!. Felicidades y gracias a los organizadores de estas veladas.
ResponderEliminarBonita tarde disfrutando de R.A.y bonitos alicientes, aunque no los necesitamos los disfrutamos,nos llevó de la mano por su bonito mundo de largo recorrido y fué maravilloso.
ResponderEliminar(ahora diría Marta) demasiados adjetivos, lo siento yo lo siento así.
Un cálido abrazo, para todo el mar.... que sois todas.Teresa
Muchísimas gracias porincorporar elpoema completo. Es una auténtica delicia. Walsh era una gran poeta. En una charla-conferencia parecida a la que comentais saqué su nombre a relucir y el conferenciante (que si no recuerdo mal era Eduardo Mendoza)me dijo despectivo que quien era esa...Me quedé atónito.
ResponderEliminary esa declamación conmmúsica deLito Vitale,insuperable.Muchas gracias.No me cansaré nunca de leerlo.Un saludo.
ESPERANZA
ResponderEliminarEsperanza
araña negra del atardecer
te paras
no lejos de mi cuerpo
abandonado, andas
en torno a mi,
tejiendo,r´apida,
incosistentes hilos invisibles,
te acercas obstinada,
y me acaricias casi con tu sombra
pesada
y leve a un tiempo
agazapada
bajo las piedras y las horas,
esperaste, paciente la llegada
de esta tarde
en la que nada
es ya posible
ANGEL GONZALEZ
Hola Teo,
ResponderEliminarSiento que, los del grupo de la Seca, no pudierais acercaros el viernes a escuchar a Rubén Abella. Sé que habríais disfrutado de la charla, de la tarde y del ambiente con sabor a la literatura. Fue un lujo.
Me alegra verte nadando en estas olas. Hasta pronto.
Ana
Aquì se demuestra que cuando un escritor tiene clase sabe estar y Rubèn Abella la tiene. Enhorabuena
ResponderEliminarun saludo
fus
Baruc en el río es esperar. Esperar que te cuenten como pasó. Porque si algo está claro desde el primer momento, es lo que ocurrió. Y cada pocas páginas, ser Baruc, ser el padre, la madre. Y sentir como sintieron, pensar como pensaron.No abandonar nunca la emoción. Pero tampoco dejar que se desborde. Para mí, el tiempo que he tardado en leer el libro, ha sido de " Tensa calma", o "Calma tensa". No asistí al encuentro con el autor, y lo siento. Leeré más de él, seguro.
ResponderEliminarAlex.
esperamos el 15 de marzo en LA SECA todos y a todas al encuentro con INMA CHACONatodos los amantes de los libros donde podais disfrutar y compartir esta maravillosa experiencia donde las gentes del ambito rural
ResponderEliminarpodamos gozar de estas maravillosas experiencias
abajo la mediocridad y arriva LA LITERATURA
SALUDOS TEO
“Leandro tenía por costumbre anudar sus días al firme tronco de la historia. Así recordaba que, mientras Armstrong daba pasos de coloso sobre la faz de la luna en el nodo del Avenida, él, amparado en la penumbra, le cogió por primera vez la mano a la viuda Guarás; o que, veinte años más tarde, el anuncio radiado de la caída del muro de Berlín lo sorprendió desnudo frente al espejo del cuarto de baño, abatido por la repentina e irrevocable constatación de que se había hecho viejo.”
ResponderEliminarAsí comienza “La sombra del escapista” de RUBÉN ABELLA. Novela ganadora de XIV Premio de Narrativa “Torrente Ballester”. Fue su primera novela.
Gracias Elena, siempre generosa.
ana para ti este poema de luis garcia montero
ResponderEliminarya se que no es eterna la poesia
pero sabe cambiar junto a nosotros
aparecer vestida con vaqueros
apoyarseen el hombre que se inventa un amor
y que sufre de amor
cuando esta solo
L G M
Me doy por aludida (aunque Ana somos muchas) porque eso me permite corresponder con otro poema.
EliminarLA MUSA DE LA FELICIDAD
Las ventanas cerradas, el sol que asoma.
El sonido de unos pocos pájaros;
el jardín empañado por un ligero vaho de humedad.
Y la inseguridad de la gran esperanza
esfumada de repente.
Y el corazón aún alerta.
Y mil pequeñas esperanzas que nacen,
no nuevas pero sí recién admitidas.
Afecto, comer con amigos.
Y la estructura de ciertas
tareas adultas.
La casa limpia, en silencio.
La basura que ya no es necesario sacar.
Es un reino, no un acto de la imaginación:
y todavía muy temprano,
se abren los capullos blancos penstemon.
¿Es posible que por fin hayamos pagado
con suficiente amargura?
¿Qué no se exija sacrificio,
que la angustia y el terror se hayan considerado
suficientes?
Una ardilla corre sobre el cable del teléfono,
con una corteza de pan en la boca.
Y la estación demora la llegada de la oscuridad.
De manera que parece
parte de un gran don
que ya no hay por qué temer.
El día despliega, pero muy gradualmente, una soledad
que ya no hay por qué temer, cambios
leves, apenas percibidos…
El penstemon que se abrió.
La posibilidad
de seguir viéndolo hasta el fin.
Poema de LOUISE GLÜCK, del libro: “Las Siete Edades”
Nos vemos el 15. Hasta entonces que la felicidad te acompañe.
Ahora
ResponderEliminarAhora como un ángel apareces
y me rodeas sin decirme nada.
Ángel que yo cuidara tantas veces
sin saberlo, callada.
En todo lo que miro permaneces
como el aire feliz de la mirada.
Me parezco a tu ausencia y te pareces
a mí resucitada.
Porque viniste cuando me moría
a devolverme a vivas caridades;
porque mi noche muda se hizo día
por gracia de tu voz iluminada,
en esta eternidad con que me invades
yo que no era, soy tu enamorada.
María Elena Walsh
tiempos de incertidumbres
ResponderEliminarsilencios de motores
seres deambulando sin futuro
brazos inertes
esclavistas frotandose las manos
ideales muertos
predicadores de tiempos pasdos
y la esperanza del alma agotada
feliz dia de LA MUJER
ResponderEliminarAunque con mucho retraso, me gustaría dejar también a mí mi impresión sobre el encuentro con Rubén Abella. Ya sé que está todo dicho y muy bien dicho por todos los compañeros, tan solo añadir, o más bien repetir, que me encantó la sencillez con la se acercó a nosotros y me encantó descubrir que no soy la única que es lenta para leer y sobre todo para escribir.
ResponderEliminarDe nuevo muchas gracias a todos por hacer posibles estos encuentros.