El pasado curso ya tuvimos ocasión de contar con la presencia
de Manu Espada en estas corrientes marinas. No solo como ponente, en noviembre
de 2011, sino que también participó como jurado en la VIII edición del Concurso
Literario Villa del Duero. Fue la primera vez que se planteó la modalidad de
microrrelato, además de las opciones de relato y poesía. Nadie mejor que Manuel
Sánchez Vicente, que lleva años sumergido en la materia con notable éxito, con
varios libros publicados sobre el género, y su participación en 2012 en dos
antologías: Mar de pirañas. Nuevas voces del microrrelato español (edición de
Fernando Valls. Editorial Menoscuarto) y Antología del microrrelato español
(1906-2011). El cuarto género narrativo (edición de Irene Andrés-Suárez.
Editorial Cátedra).
Manu se ha especializado en el microrrelato
fantástico, aunque también con impecable técnica y buenas dosis de ironía
perfila una realidad cada día más incongruente y compleja. Sus textos nos
acercan al detalle, como ya lo hizo en uno de sus libros: Zoom (editorial
Paréntesis), desvelando nuestra propia película interior que se proyecta
irremediablemente al leer sus micros. Es licenciado en Periodismo, Máster en
radio, guionista de radio y televisión desde hace quince años, trabajador
incansable e inquieto que no deja de sorprender con su lúcida experimentación
con las palabras.
Su literatura, enmarcada en este cuarto género
narrativo, llega al lector como fogonazos de luz entre brumas marítimas. Sus
textos hiperbreves están plagados de fotogramas que ayudan a sobrevivir al
tedio de las rutinas, de miradas irónicas hacia el comportamiento humano, de
mundos fantásticos y reales a partes iguales, de derrotas marítimas y nuevas
cartografías. Todos ellos imprescindibles para quien desee sumergirse en los
mares del microrrelato.
Por todo esto, es un auténtico lujo poder informaros
de que el próximo 27 de febrero vuelve al taller de escritura "Mar de Incertidumbres"
para impartir y compartir una clase práctica a la que no podéis faltar. La cita
es en la biblioteca del Centro de Educación de Adultos Villa del Duero de
Tordesillas (carretera Matilla s/n), a las 18.00 h. Os esperamos.
Una entrada genial Marta. Como genial la presencia de Manu Espada en nuestro pequeño mar. Todo un lujo.
ResponderEliminarRosa
¡Estupendo!, será todo un placer acercarse hasta allí.
ResponderEliminarMuy buena entrada.
ResponderEliminarLe recibiremos encantad@s y estaremos atentent@s para poder empaparnos de su sabida experiencia.
Un saludo Isabel.
Recordemos algunos “micros” de Manuel Espada.
ResponderEliminarFUEGO EN EL CUERPO
Comenzó a subir la temperatura y ambos se fundieron en uno. Cuando los bomberos llegaron a los altos hornos, todo estaba en llamas.
EL SECRETO
Marisa llegó a la pensión, tocó el timbre y me miro a través del rímel.
Quiero una habitación, niño –dijo con voz potente. Estudié sus piernas infinitas, su trasero respingón y sus pechos generosos. Le di una con cerradura antigua de esas que permiten mirar. Yo no había cumplido los quince, pero tenía las hormonas revolucionadas. Marisa lo sabía. En cuanto posé el ojo, se quitó el sostén. Abrió la puerta hizo una señal y me tumbé. Cuando acabo´ me susurro al oído:
Tú me puedes llamar Luis, cariño hay confianza.
Un saludo Isabel.
Otro "ZOOM" de Manu Espada
ResponderEliminarONOMATOPÉYICO
Bang...,fiuuuú...,¡argg1...,catacrak...,ninoninoooo...
Hola olas, os mando otro micro de: MANU ESPADA.
ResponderEliminarSIGLO XXX
¡Tetas de silicona! – exclamó el arqueólogo.
EL TRASPLANTE
Os presento a mi bebé. Cariño, dile algo a los nuevos enfermeros.
¡Q´ Cjns st´ mrnd, hjs d pt!
Perdonad a mi niño, tiene mal humor; ya les habrá dicho el doctor que nació sin cuerdas vocales.
Un saludo Isabel.
ResponderEliminarOs dejo esta cita del libro de: LAWRENCE DURRELL “ Justine” Está muy bien escrito y creo que me va a gustar.
En la gran calma de estas tardes de invierno hay un reloj: Su palpitación confusa que se prolonga en la mente es la fuga sobre la cual se compone este relato. Vacías cadencias de las olas que lamen sus propias heridas, hoscas en las bocas del delta bullentes en las playas desiertas, vacías eternamente vacías bajo el vuelo de las gaviotas: garabatos blancos masticados por las nubes. Si una vela se acerca hasta aquí, muere antes de que la tierra la cubra con su sombra. ¡Despojos barridos hasta los frontones de las islas, último vestigio carcomido por la intemperie, plantado en la vejiga azul del agua… desaparecido!
Un saludo Isabel.
Esta tarde en el taller, hablando de ZOOM, comenté que uno de los micros que más me gustaba de él era
ResponderEliminar"OLORES", pero como es muy largo, he optado por otro que también es uno de mis preferidos, claro está algo más cortito...
LA DESPEDIDA
-¿Dónde has dejado tus zapatos? -gritó la chica a su hermano pequeño, un crío de ocho años que encogía los pies aterido por el frío en un rincón del vagón-. ¡Nunca cuidas de tus cosas, eres un desastre! -le abroncó mientras el tren llegaba al campo.
Entonces los separaron y jamás se volvieron a ver. El niño no sobrevivió. La chica, hoy anciana, se hizo una promesa: "Nunca volveré a decir nada que quede como la última cosa que dije".
Un abrazo, olas.
La chica, hoy una anciana, cuando salió de Auschwitz, se hizo una promesa: “Nunca volveré a decir nada que quede como la última cosa que dije".
EliminarProcuro acudir todos lo días a mi puesto de trabajo. Normalmente cumplo en el con diligencia y profesionalidad, me llevo bien con mis compañeros, y cuido el entorno que estoy protegiendo. Por eso no entiendo por que me expulsaron con tanta violencia.
ResponderEliminarMientras reflexionaba así oía cada vez más cerca un sonido estridente y una luz ámbar parpadeante. Luego todo lo que veía se me hizo a un lado. Estaba asustado.
Un operario de la carretera recogía los restos del accidente. Llevaba tiempo en esto, pero siempre le impresionaba la pérdida de los zapatos.
Micro-comentario:
ResponderEliminarGUAU!!!!
Allí nos vemos!!!!
S¡lv!!!
ÍTACA
ResponderEliminarCuando salgas en el viaje, hacia Ítaca
desea que el camino sea largo,
pleno de aventuras, pleno de conocimientos...
Es el comienzo de un poema de Gavafis, el gran poeta griego que he descubierto en: "Justine". Os animo a leerle.
Margarita
Recordemos a Dª Antonio Machado en el 73 aniversario de su muerte.
ResponderEliminar:: El viajero ::
Está en la sala familiar, sombría,
y entre nosotros, el querido hermano
que en el sueño infantil de un claro día
vimos partir hacia un país lejano.
Hoy tiene ya las sienes plateadas,
un gris mechón sobre la angosta frente;
y la fría inquietud de sus miradas
revela un alma casi toda ausente.
Deshójanse las copas otoñales
del parque mustio y viejo.
La tarde, tras los húmedos cristales,
se pinta, y en el fondo del espejo.
El rostro del hermano se ilumina
suavemente. ¿Floridos desengaños
dorados por la tarde que declina?
¿Ansias de vida nueva en nuevos años?
¿Lamentará la juventud perdida?
Lejos quedó -la pobre loba- muerta.
¿La blanca juventud nunca vivida,
teme, que ha de cantar ante su puerta?
¿Sonríe al sol de oro
de la tierra de un sueño no encontrada;
y ve su nave hender el mar sonoro,
de viento y luz la blanca vela hinchada?
Él ha visto las hojas otoñales,
amarillas, rodar, las olorosas
ramas del eucalipto, los rosales
que enseñan otra vez sus blancas rosas...
Y este dolor que añora o desconfía
el temblor de una lágrima reprime,
y un resto de viril hipocresía
en el semblante pálido se imprime.
Serio retrato en la pared clarea
todavía. Nosotros divagamos.
En la tristeza del hogar golpea
el tic-tac del reloj. Todos callamos.
Un saludo Isabel
Otro de los mas populares de "Machado"
ResponderEliminarA un olmo seco
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo,
algunas hojas verdes le han salido.
[...]
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que, rojo en el hogar, mañana
ardas, de alguna misera caseta
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hacia la mar te empuje,
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Animaros y colgar alguno más.
Saludos Isabel.