sábado, 28 de junio de 2014

Primeros premios de la X edición del Concurso Literario Villa del Duero

Estamos preparando la memoria gráfica del pasado día 20 de junio. Como sabéis, fue una tarde intensa en la que entregamos los premios del concurso de esta décima edición, en la que también tuvimos la suerte de contar con el grupo poético Susurros a Pleno Pulmón y el concierto del grupo musical Os Bichos da Temporada.
Por primera vez en estos diez años, no fue posible que las personas premiadas leyeran sus trabajos. Todos ellos se publicarán en el mes de octubre, como en otras ediciones, en la revista del concurso.

No obstante, hemos decidido compartir los textos ganadores de los premiados. Comenzamos con los primeros premios de las tres modalidades que participaban. Agradecemos la colaboración del jurado, compuesto en esta edición por Miguel Baquero, Rosana Alonso y Purificación Cavia.

Muchísimas gracias por contribuir a que la criatura que es este concurso se consolide y crezca cada vez más. Gracias a todas las olas, marineros, náufragos, sirenas y Ulises que conseguís que esta travesía sea un viaje estupendo.

PRIMER PREMIO. MODALIDAD RELATO

Autora: Silvia Mancha de la Fuente (Ciguñuela)


OJOS DE AGUA-CORAZÓN DE NIEVE-CEREBRO DE ESPUMA-LECHE DE VACA 

Dos enfermeros dejaron por un rato de pincharme y yo traté de no llorar más –soy inglesa y no podemos llorar en público–, rato que aprovecharon dos agentes para interrogarme:
Cogí un árbol genealógico, el que me había dejado mi madre sobre la repisa del salón, y salí corriendo. Hasta que me cansé; con ocho años es difícil cansarte. De la carrera pasé a la marcha y caí en la cuenta de que casi había alcanzado mi objetivo. Entré en el supermercado del barrio, cogí una cesta, saqué el papel, lo desdoblé, pero resulta que allí no había cebollas ni limones, sino una suerte de rostros y nombres colgados de un árbol. Con esto no hacía nada allí. Volví sobre mis pasos. Ahora andando. Llegué al punto 0, al salón, en cuya repisa había otro papel igualmente doblado, que ahora, sin tanta prisa, tuve la precaución de comprobar. No había cebollas ni limones pero sí había yogures y galletas. Esta era mi lista. Con paso desganado, de nuevo me hallé en el súper. Había mas gente que antes. En la sección de lácteos había una anciana examinando yogures. Hacía allí me dirigí; esta era la zona más tranquila en aquel momento y comencé a hacer mi particular examen. Se trataba de buscar algún sabor nuevo, alguna marca nueva, en definitiva, algo que supiera a leche de vaca. Estaba tan absorta entre tantos colores, tantos sabores, con o sin tropezones, que si griegos o asturianos, y, de repente, todo aquello se abalanzó sobre mí, sin darme tiempo a mover un pie. Pensé que habría sido el espíritu de la vaca, dueña y señora de aquel pasillo, pero no me acordé de la anciana que hacía un momento estaba a mi lado.
Dos enfermeros me colocan en una camilla mientras dos agentes me registran:
Solo estaba mirando y rebuscando entre los yogures para escoger aquellos que duraran más. Cuestión de alargar el futuro. Cuestión de evitar venir al súper por un tiempo. Entonces vi aquellos yogures recién envasados, aquel paquete que estaba tan atrás y tan arriba, aquel que no alcanzaba bien, pero que casi rozaba si me colocaba de lado y estiraba bien el brazo. Miré a un lado. Nadie. Miré al otro, y allí estaba una niña de pelo corto y pantalones de cuadros, absorta en lo suyo. Sin pensarlo más, decidí que esos yogures serían para mí, y no sé bien dónde traté de subirme, pero enseguida noté la falta de equilibrio y un instante después estaba desparramada en el suelo, cubierta de lácteos. Mis últimos yogures. Cuestión de presente. Los agentes han encontrado un papelito doblado que pone: «Leer en caso de muerte». Este es el caso. Ellos aún no se explican que unos cuantos yogures desnatados me hayan matado, pero así soy yo, rusa, con un corazón de nieve que es muy impresionable. El papel aclara que solo soy yo, que no hay nadie más, ni aquí ni en Rusia ni en ningún otro rincón de este planeta. Los agentes, los enfermeros y todos los demás, que son muy prácticos, han pensado en ganar tiempo y han hablado con el párroco de la iglesia vecina, esa de la que yo nunca me percaté antes. Mientras me quitan la ropa bañada en yogurt, el carnicero, un hombre corpulento como yo, propone ponerme una de sus batas blancas. ¡Y yo que he sido tan vegetariana y tan atea! Pero esto es ya cuestión del pasado. El súper estará cerrado hasta que todo se aclare bien y en el local contiguo estará oficiándose misa de cuerpo presente, hoy a las 15 horas.
Allí dentro me esperaban otros dos enfermeros para recostarme en la camilla, mientras dos agentes guiaban a mi madre hasta mí. Sus ojos verde mar me buscan, pero no me reconocen. Lleva un papel doblado en la mano, el mismo que antes había devuelto yo a la repisa, y lo desdobla para buscarme en su árbol genealógico, el mismo que le cuenta que ella vino de ultramar, como el cacao, de un lugar donde aún navega parte de su cerebro. Distraídos los dos enfermeros, me tiro de la camilla y corro a abrazarla, gritando y llorando: ¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá! Ella me ve y sonríe. ¡Qué guapa está cuando sonríe! El mundo se para cuando ella sonríe.


PRIMER PREMIO. MODALIDAD POESÍA

Autora: Beatriz Gómez Gómez (Bahabón)

                      BESOS

Colecciono besos de todo tipo:
Los tengo de diario regional
y de Domingo de Ramos.
Los hay de luces de bohemia
y de sombras de ojos.
De lluvia ácida y sequía pertinaz.
Conservo besos a cielo abierto
y, ¡tierra, trágame!
Los tengo de colores
y hasta en blanco y negro.
Los hay de verso libre
y prosa poética.
De luna llena y sol de Antequera.
Logré besos de cara oculta
y cruz latina.
Los tengo de mantequilla derretida
y mermelada de fresa.
Los hay de vida alegre
y muerte en Venecia.
De guerra fría y paz en la tierra.
Guardo besos de principios de siglo
y finales abiertos.
Los tengo de claros de bosque
y de oscuros deseos.
Los hay abiertos de par en par
y cerrados a cal y canto.
De altos vuelos y bajos fondos.
Perdí besos de todo por la patria
y nada es lo que era.
Los tengo de cuerpo del delito
y alma de cántaro.
Los hay de ciencias exactas
y letras pagadas.
De carne cruda y pescado al horno.
Busco besos de jóvenes promesas
y de viejos amigos.
Los tengo repetidos.
Hay otros que me faltan...
Los tuyos, por ejemplo.


PRIMER PREMIO. MODALIDAD MICRORRELATO

Autora: Margarita Gómez (Ciguñuela)

SONÁMBULO-S

Se habían comprometido hacía poco tiempo y decidieron celebrarlo pasando una encantadora noche en un hotel de montaña.
La sorpresa de ella fue mayúscula cuando le sintió levantarse en mitad de la noche, abandonar el lecho, abrir la ventana, y, tal como estaba, completamente desnudo, sentarse en el borde a contemplar… ¿Qué…?
Él le había dicho que era sonámbulo y que si esto ocurría no debía despertarlo, simplemente esperar.
Ella se acatarró.
La relación se consolidó y fueron colocando rejas en cada ventana de las casas donde vivían, las mismas rejas que se iban formando lentamente en sus corazones y los iban aislando.
Hoy, veinticinco años después, han vuelto, por azar, al mismo hotel. Cuando de madrugada él se ha sentado en la ventana, esta vez con el pijama de franela puesto, ella… ni siquiera se ha despertado.

Desde aquí, nuestra enhorabuena a ellas y todos los participantes. 
Feliz verano.


9 comentarios:

  1. Enhorabuena a los organizadores, al jurado, a los participantes y muy especialmente a los ganadores del concurso, cuyos textos me han fascinado. Está claro que hay materia de escritor en ellos.

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    1. Beatriz Gomez Gomez30 de junio de 2014, 21:47

      Gracias por la parte que me toca!

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    2. Muchas gracias Fernando,
      Me gustó tenerte en nuestro taller a través de tus Micros, y trabajar con ellos.
      S¡lv!a

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  2. Silvia, Bea y Margarita:

    Merecidísimos primeros premios. ¡Enhorabuena! Da gusto leer tan buenos trabajos.
    Gracias a los organizadores por la estupenda tarde que pasamos.

    Un abrazo,


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  3. Beatriz Gomez Gomez30 de junio de 2014, 21:52

    Me gusta que te guste. Besos

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  4. Qué Grandes sois Olas!!!, me han encantado vuestros trabajos tan bien trabajados, la Poesía y el Micro-relato son eso, Grandes, Orondos, Redondos, Bonísimos...
    En cuanto al Relato, qué decir, que no lo hice sola, sino que hubo otras manos, en concreto 10, si resulta que Ellos no estuvieron en Lepanto...o en cualquier otra batalla. Y estas talentosas manos han escrito maravillosos libros, de los cuales, siguiendo un ejercicio del taller, mi mano escogió al azar 5 frases con las cuales hilar una historia.
    Por orden de aparición, esas frases Motor de mi relato son:
    "Cogí mi árbol genealógico, el que me había dejado mi madre sobre la repisa del salón" - Zoom - Manu Espada.
    "De la carrera pasé a la marcha y caí en la cuenta de que casi había alcanzado mi objetivo" - El mar, el mar - Iris Murdoch.
    "Había mas gente que antes. En la sección de lácteos había una anciana examinando yogures" - Baruc en el río - Rubén Abella.
    "Oficiándose misa de cuerpo presente hoy a las 15 horas" - Leningrado tiene 700 puentes - Mar Sancho.
    "Allí dentro me esperaban otros dos enfermeros para recostarme en la camilla" - La camarera de Artaud - Verónica Nieto.
    En ellas está el mérito que pueda tener el relato.
    Ellos, que son Enormes y tan altos como la Luna, espero que sepan perdonar este préstamo robado.
    He de decir que no fue fácil y que me divertí mucho pensándolo y escribiéndolo.
    Muchas Gracias a los Profesores que me abrieron este camino, lleno de múltiples sendas:
    Ricardo y Marta - Gracias por darnos tanto!!
    Y Muchas Gracias a todas las Olas que me empujan y me llevan por este Mar, con las que me encanta chocar y romper y subir y bajar y nadar y sobre todo Reír y Compartir.
    Espero poder compartir más horas el curso que viene,
    Buen verano,
    S¡lv!a

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  5. Enhorabuena a las premiadas, fantásticos trabajos!!! Así da gusto ir a clase y compartir.

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  6. La presentación fue muy entrañable y los relatos merecidos. Pero los grandes premiados son estos maravillosos profesores que nos obligan a sacar de nosotros, desde nuestros sentimientos, vivencias, necesidad de decir cosas, nuestros relatos. ¿Para qué?
    Para sorprendernos de nosotros mismos, para conocernos, y poder moldear nuestra expresividad en los próximos relatos. Gracias, felicidades y todos uno en nuestro juego.

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    1. Gracias a todos y todas vosotras por vuestra asistencia y participación que da sentido a todo el trabajo y a iniciar con ganas una nueva navegación en este curso. Un saludo

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