miércoles, 18 de abril de 2012

Hablar de objetos cotidianos como si fueran el universo entero


Un viejo maestro, London Chedwick, me dijo una vez a lo largo de una dilatada conversación que medió entre dos botellas de bourbon, que el problema de adaptar la literatura al cine no es una cuestión de lealtad, sino de lealtades. Una –o uno, nunca se me han asimilado tanto el género y el número lee el libro y construye una fidelidad nueva, incluso se casa con ella. Pero cuando va a ver la película, no puede evitar tener una cierta sensación de estarle poniendo los cuernos al autor o a la autora. Y he ahí el error, pues son diferentes fidelidades. Mi viejo maestro sostenía que existe entre los buenos guionistas una regla no escrita, pero ampliamente contrastada: cuando adaptes una obra literaria, no te cases con la historia, tu compromiso es con los personajes. El lector/espectador aceptará cambios en la historia porque es la bolsa donde invierte el azar, como en la vida, y él –o ella lo sabe. Pero le resultará difícil, si no imposible, aceptar que los personajes son otros, igual que se lleva muy mal casarte con un príncipe –o princesaazul y que este se transforme en rana –el cambio inverso, si bien es posible, no deja de ser excepcional , y es entonces cuando llega el divorcio. De ahí que me dijera que no era una cuestión de lealtad, sino de lealtades. La historia te enamora, pero a quien quieres es al personaje. Y esto es lo que ha hecho el maestro Altman (1925-2006) con la escritura del maestro Carver (1938-1988), una reescritura leal desde un enorme respeto a su mundo y a la humanidad de sus personajes, pero que altera el curso de sus historias para que se entreveren, se conozcan. Para que nosotros también nos mezclemos con ellos y seamos testigos de sus problemas y afanes, que también son los nuestros. Una reescritura que no es una corrección, sino una indagación, una profundización en su universo sencillo y complejo, rutinario y enormemente azaroso, tierno y brutal, en ocasiones superfluo, pero siempre esencial. El cineasta lo describe mucho mejor en su prólogo de la edición de Vidas cruzadas, en el que glosa con claridad lo esencial de su trabajo de adaptación en colaboración estrecha con su guionista Frank Barhydt y con la poetisa Tess Gallagher. Como dice unas líneas más abajo: «Los equivalentes cinematográficos de materiales literarios se manifiestan de maneras inesperadas». Así pues, el azar manda, pero nosotros hacemos ficciones para poder pensar que somos quienes gobernamos el barco.
Aquí os dejamos sus palabras hermanadas con las de Carver. El próximo miércoles 25, en Rueda, nos encontraremos con sus imágenes en nuestro particular cruce de vidas.
Buena mar y buen viaje.
Jesús Salviejo

COMPLICIDAD CON CARVER

Raymond Carver hacía de lo prosaico poesía. Un crítico dijo de él que «revelaba lo extraño que se oculta tras lo banal», pero lo que hacía en realidad era captar las maravillosas idiosincrasias del comportamiento humano, esas idiosincrasias que se dan dentro de lo azaroso de las experiencias de la vida. Y el comportamiento humano, cargado de todo su misterio e inspiración, me ha fascinado siempre.
Considero la obra de Carver un solo cuento, pues sus cuentos son todos incidentes, cosas que ocurren a la gente y que provocan que sus vidas tomen un nuevo cariz. Quizá se derrumben. Quizá vivan un traspié que acaba en desastre. Quizá tengan que seguir adelante sabiendo cosas que en realidad no desean saber los unos de los otros. Tratan más de aquello que no sabemos que de lo que sabemos, y el lector va llenando las lagunas, mientras reconoce un murmullo subterráneo.
A la hora de concebir el mosaico que compone la película Short Cuts, basada en estos nueve cuentos y el poema «Limonada», he tratado de hacer lo mismo: ofrecer al público una visión. Sin embargo, la película podría seguir eternamente, porque es como la vida misma: levantando el tejado del hogar de los Weather para ver a Stormy despedazar sus muebles con una sierra, para luego levantar otro tejado, el de los Kaiser, o el de los Wyman, o el de los Shepherd, y observar comportamientos distintos.
Nos hemos tomado algunas libertades con la obra de Carver: los personajes han pasado de un cuento a otro; están relacionados entre sí por diversos lazos; puede que los nombres hayan cambiado. Y, a pesar de que algunos puristas e incondicionales del escritor puedan sentirse defraudados, esta película es el fruto de una concienzuda colaboración entre los actores, mi coguionista Frank Barhydt y el material de esta antología.
La primera vez que hablé con la poetisa Tess Gallagher, viuda de Carver, acerca del proyecto de esta película, le advertí que no tenía la intención de ser literal en mi enfoque y que las historias aparecerían mezcladas. Tess lo aceptó sin pensárselo dos veces y me alentó, confesándome que Ray era un admirador de Nashville, que le gustaba el desamparo de aquellos personajes y su capacidad para salir adelante a pesar de los pesares. Tess era consciente también de que los artistas de campos diversos tienen que emplear su propia técnica y enfoque a la hora de llevar a cabo su obra. Los equivalentes cinematográficos de materiales literarios se manifiestan de maneras inesperadas.
Durante los años de redacción, conformación y planificación de Short Cuts, de infinidad de acuerdos financieros y cambios de toda índole, Tess y yo hablamos en innumerables ocasiones y mantuvimos una correspondencia ininterrumpida. Su manera de recibir la información cambiaba mi actitud frente a las cosas, de modo que tengo la impresión de haber estado conversando con Ray a través de Tess. Y es que Tess ha sido una verdadera colaboradora en la película.
Leí todos los escritos de Ray, filtrándolo siempre a través de mi manera de ver las cosas. La película está hecha a base de pequeños fragmentos de su obra, que a su vez conforman otros de escenas y personajes que parten de los elementos más básicos de las creaciones de Ray... nuevos pero no nuevos. Tess y Zoe Trainer, la madre y la hija con problemas afectivos que interpretan Annie Ross y Lori Singer, proporcionan los puentes musicales que se dan en la película, Annie con su jazz y Lori con su chelo. Se trata de personajes que inventamos Frank Barhydt y yo, pero Tess Gallagher consideró que encajaban con los personajes de Carver e incluso parecían salidos de su cuento Vitaminas.
Es posible que haya quien tilde de sombría la visión que Raymond Carver e incluso yo tenía del mundo. Nos unen actitudes similares frente a la naturaleza arbitraria de la suerte en la conformación de las cosas: el niño de los Finnegan atropellado por un coche en Parece una tontería; el descalabro del matrimonio de los Kane fruto del hallazgo de un cadáver en Tanta agua tan cerca de casa.
A alguien le toca la lotería. El mismo día, la hermana de esa persona muere en Seattle al caerle encima un ladrillo de un edificio. Ambas cosas son lo mismo. La lotería ha tocado en los dos sentidos. Las probabilidades son en ambos casos muy remotas y, sin embargo, se dan. Una persona muere y otra se hace rica: se trata de la misma acción.
Uno de los motivos por los que trasladamos la localización del noroeste del Pacífico al sur de California era que deseábamos situar la acción en un vasto contexto suburbano para que los personajes se pudieran conocer de una manera fortuita. Había que tener en cuenta consideraciones de orden logístico, pero queríamos que las relaciones fueran accidentales. La acción se sitúa en un Los Ángeles sin explotar, que es también el país de Carver; no Hollywood ni Beverly Hilis, sino Downey, Watts, Compton, Pomona, Glendale..., barrios americanos de las afueras, nombres que se oyen en los partes sobre el estado de las carreteras.
El reparto cuenta con veintidós actores y actrices de talla: Anne Archer, Bruce Davison, Robert Downey Jr., Peter Gallagher, Buck Henry, Jennifer Jason Leigh, Jack Lemmon, Huey Lewis, Lyle Lovett, Andie MacDowell, Frances McDormand, Matthew Modine, Julianne Moore, Chris Penn, Tim Robbins, Annie Ross, Lori Singer, Madeleine Stowe, Lili Taylor, Lily Tomlin, Tom Waits y Fred Ward, que han contribuido a la película con cosas que no habría podido soñar siquiera, dándole mayor consistencia, enriqueciéndola. En parte, debo atribuirlo a los cimientos de Short Cuts: los escritos de Carver.
Únicamente tres o cuatro de este elenco de actores aparecen juntos en la película, porque cada semana empezábamos un cuento nuevo, con otra familia. Aun así, proporcionamos a todos los actores los cuentos originales y muchos de ellos se animaron a leer más de la obra de Carver. La primera familia que filmamos fue la de los Piggott, Earl y Doreen, que interpretan Tom Waits y Lily Tomlin, en su parque de remolques y en Johnnie’s Broiler, una típica cafetería californiana en la que Doreen trabaja de camarera. Su interpretación fue tan espléndida que pensé que me acarrearía problemas, pero lo cierto es que todos los actores trabajaron hasta alcanzar ese nivel y superaron mis expectativas en todos los sentidos, haciéndose cargo de sus papeles y redefiniéndolos.
Los personajes narran muchas cosas a lo largo de la película, cuentan pequeñas historias acerca de sus vidas. Muchas de ellas son de Carver, o paráfrasis de las de Carver, o están inspiradas en ellas, pues siempre procuramos ser lo más fieles posible a su mundo, teniendo en cuenta el imperativo de colaboración de la película.
Por su parte, los actores se percataron también de que los detalles de los que hablan esas gentes de Carver no son lo principal. Los elementos parecían flexibles. Podían estar hablando de cualquier cosa. Sin embargo, ello no significa que el lenguaje no fuera importante, sino más bien que el tema no tenía por qué ser X, Y o Z: podía ser Q, P o H.
La cuestión que determina cómo responde la gente a lo que se está diciendo es quién es. No es lo que están diciendo lo que provoca que la escena tenga lugar, sino el hecho de que esos personajes estén interpretando la escena en cuestión. De modo que, estén hablando de cómo preparar un emparedado de mantequilla de cacahuete o de cómo asesinar al vecino, el contenido no es tan importante como lo que sienten y hacen los personajes dentro de esa situación, el cómo se van desarrollando.
Escribir y dirigir constituyen, ambos, actos de descubrimiento. Al final, la película está ahí y las historias están ahí, y uno tiene la esperanza de que la mutua influencia sea fructífera. Y, sin embargo, durante la dirección de Short Cuts algunas cosas surgieron directamente de mi propia sensibilidad, que tiene sus peculiaridades, y así es como debe ser. Sé que Ray Carver habría comprendido el que tuviera que ir más allá del mero hecho de rendir tributo. Algo nuevo ocurrió en la película, y quizás sea esta la manifestación más verdadera de respeto.
Pero todo empezó aquí. Yo era un lector que pasaba estas páginas. Que experimentaba con estas vidas.

Robert Altman, Nueva York, 1993.
Traducción de Mónica Martín Berdagué 

7 comentarios:

  1. Vi pasar mi niñez entre risas juegos y chucherias.Caricias de mis abuelos y tias.Abrazos de mis primos mayores,mis guardaespaldas paersonales... bueno... siempre intentando cuidar de mi.
    Vi a mi madre y a mi padre siempre a mi lado, sin descanso.
    Vi a mis hermanos llorar y reir conmigo.
    Vi mi paso de niña a mujer frustrado por un alma negra, que me enseño el lado feo de los hombres.Destruyendo la posibilidad de la ilusión de la primera vez,para mi una horrible pesadilla.
    Vi sueños no cumplidos reflejarse en elespejo de mi juventud,mientras caminaba a mi madured esperando encontrarme algun día.
    Vi mi alma sola,vi un futuro incierto, loco pero tambien vi tu alegre y contagiosa sonrisa...
    Aqui estoy olas, de visita al mar.
    besos sonrientes May.
    unas divagaciones que escribi hoy.

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  2. Me gusto descubrir a Carver, me gusto la forma en la que hace cómplice al lector dejando a su imaginación el antes y el después de ese momento que nos narra. Me gustan sus historias descarnadas, sin artificio ni adornos. Sus personajes, quizás pillados, en los momentos más duros de sus vidas nos muestran sin tapujos sus miserias. Me gusta, por que en la vida no es todo color de rosa.

    Un cartel muy cruzado. Enhorabuena. Y gracias Jesús por estas palabras de Altman y por tu visión sobre las adaptaciones literarias al cine.
    Nos vemos en Rueda.
    Rosa

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  3. estoy leyendo los textos de vidas cruzada
    estare encantada de estar en rueda y disfrutar del cine
    es verdad que inevitablemente siempre caemos en la comparacion libro pelicula y es dificil poder separarlos los vere como cosas diferentes
    estos encuentros son muy gratificantes para todos y que tambien nos vayamos conociendo un poco mejor y no nos separemos yformemos grupos por pueblos
    un saludo teo

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  4. Como homenaje alDIA DEL LIBRO y a la riqueza
    de nuestra lengua voy a escribir el comienzo del QUIJOTE
    en un lugar de laMANCHA de cuyo nombre no quiero acordarme , no ha muchotiempo que vivia un hidalgo
    de los de lanzaen astillero,adarga antigua. ocin flaco y galgo corredor
    Unaolla de algo mas mas vaca que carnero, salpicon, las mas noches, duelos quebrantos los sabados, lentejas ls viernes, algun palomino de añadiduria los domingos, consumian
    las tres partes de su hacienda

    teo
    seria interesante para mi leer entera esta joya de la literatura y que confieso no haberla leido entera

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  5. EL QUIJOTE
    El resto dellaconcluian sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas,con sus pantunflos de lo mesmo, y los dias de entre semana se horaba con nsu velloti de lo mas fino
    Tenia en su casa un ama que pasaba de los cuarenta ,y una sobrina que no llegaba alos veinte , y un mozo de campo y plaza, que asi ensillaba el rocin como tomaba la podadera


    feliz dia del libro para tdas y todos los amantes de ellos
    teo

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  6. Hoy hay en el cielo,
    una nueva estrella.
    Las demas palpitan,
    rien sin parar.
    Te fuiste sin hacer ruido,
    y allí, ya has montado un lío.
    Tus bromas te llevaste,
    y tambien tu buen humor.
    Recordare tu sonrisa,
    y tu manera de ver la vida.
    Primo no te digo adios,
    descansa y ve con Dios.
    MAY,besos sonrientes.
    Las vidas se cruzan y aprendes que aun que no quieras,en algun momento se separan.Solo nos quedan los buenos momentos...

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  7. Las vidas cruzadas es la novela que todos desviaros de ver.Saludos Pepi

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