Ayer, Nava del Rey abrió sus puertas y nos acogió en otra estupenda jornada de cine y literatura. El velo pintado, de W. Somerset Maugham, fue la propuesta para reunirnos, disfrutar del cine en pantalla grande y de la charla coloquio que llegó después.
Cada lector tiene su propia versión de la historia. Alguien comentó (creo que fue Javier) que los guionistas y los directores son lectores también. Como tales, tienen su propia versión del libro, y que existen tantas versiones como lectores tiene una obra. Al contemplar una película cuyo guion está basado en un libro, debemos (creo que es lo correcto) olvidar lo leído, si es posible, y disfrutar de una mirada nueva, de un mundo nuevo de imágenes, sensaciones y sentimientos. Las comparaciones son odiosas. Una vez hecho esto, cada uno es libre de quedarse con una opción u otra, con las dos y, si llegara el caso, con ninguna.
Y vosotros, ¿qué opináis?
No levantes el velo pintado que los vivos
llaman Vida, aunque formas irreales represente,
imagen engañosa de aquello en que creemos,
con colores dispersos. Detrás acechan Miedo
y Esperanza, Destinos gemelos que entretejen
sus sombras en la sima sombría y encubierta.
A un hombre conocí de corazón sensible
que levantó ese velo buscando algo que amar,
pero no encontró nada, ni tampoco las cosas
que contiene este mundo podían agradarle.
Ignorado vivía; era luz en las sombras,
una mancha brillante en esta escena turbia,
un alma que luchaba por la verdad y nunca,
como el Predicador, la pudo hallar en nada.
Percy Bysshe Shelley (1792-1822)