A quienes habitan los Mares de Incertidumbres:
Como
sabéis, hace unos días falleció una de nuestras compañeras de navegación.
Este blog, que es testigo de nuestra cartografía marítima durante tantos años, se encontraba en un lapsus temporal desde el curso pasado. No había manera de compaginar las consecuencias de la pandemia, las distancias obligadas (físicas y anímicas), con un curso que empezó mellado y ahora se debate entre las bocanadas de las clases virtuales y las presenciales.
Y
en medio de este tsunami global, Milagros, una de las compañeras del taller de
Tordesillas, se despidió del grupo mediante un mensaje cariñoso de WhatsApp, que
muchas (yo incluida) no supimos entender, tan cegadas como estamos
con nuestras vidas apresuradas.
Unos días después, nos informaron de su fallecimiento y se instaló la tristeza en las palabras escritas de cada ola de este taller. Por eso compartimos en este espacio algunas cartas y microrrelatos de sus compañeras con el fin de hacer un homenaje a esta mujer, que hoy navega en otros mares. Siempre la recordaremos con su sonrisa, su ironía, sus labios rojos, su rebeldía, su modestia y su educación extrema con todo el mundo.
Buen viaje, compañera.
Microrrelato de Pilar Villa, ola imprescindible del Mar de Incertidumbres, como todas las demás.
Hola milagros...Hoy viernes 13 de noviembre tenía que llamarte, como no puedo hablar contigo te escribo esta carta.
ResponderEliminarEl martes día 3 cuando me llamaste fui consciente de que te despedías de mí, yo no supe o no pude hacerlo. Tengo la esperanza de que estés donde estés leas estas líneas que escribo desde mis sentimientos más profundos.
Tus últimas palabras se quedaron clavadas en mi corazón, solo pude decirte y te lo repito hoy... Yo siento lo mismo.
El primer día que nos conocimos hicimos juntas el camino a casa, camino que repetimos muchas veces intercambiando confidencias y comentando lo vivido en los talleres. Al entrar en casa mi marido me pregunto ... ¿Con quién hablabas? y yo que valoro la palabra amiga y no la uso a la ligera, sin pensarlo conteste..."Con una amiga nueva". Alguna vez me he interrogado por que lo dije tan segura. Creo que intuí la amistad que nos uniría en estos pocos años.
Desde ese día te fui conociendo, admirando y queriendo mientras se consolidaba nuestra amistad.
Hoy en mi última conexión contigo te digo que no te olvidare y llevare tu recuerdo en un rincón de mi corazón.
Marifi.
Gracias, Marifí
EliminarQuerida Milagros
ResponderEliminarNo sé cómo empezar a escribirte, pero sí como acabar esta carta.
Cuando miro las olas, apareces en mi pensamiento.
Recuerdo con una gran sonrisa, cada vez que nos embarcábamos en otra deconstrucción de palabras con el fin de llegar a puerto con los deberes hechos.
Esas tardes inolvidables en las que remábamos al unísono.
Aquellas postales que nos regalaste y que guardo como paño de oro.
Ahora, sin tu presencia, ya nada será igual, pero seguiremos imaginándonos con nuestros relatos, que todo permanece como siempre lo fue.
Hasta nos informaste de tu partida de éste mundo, en nuestro querido grupo de WhatsApp.
Náufrago de tí, me despido lanzando éste mensaje en la misma botella que un día usamos para guardar los más significativos vocablos.
Espero que al otro lado, allá donde estés, sigas con tus historias que tanto nos hicieron sentir.
Gracias por compartir tu vida conmigo. 😘 😘
Alfonso
Gracias, Alfonso por tus palabras
EliminarMilagros, compañera, recordando después de tu último whatsapp que al poco de tu llegada al Castillo de la reina, en una clase, Marta nos pidió que escribiéramos sobre ti, busqué en anárquicos cuadernos y encontré este poema (mayo 2018)
ResponderEliminarMilagros,
te imagino fuerte y flexible,
como junco,
jugando con la vida.
Mientras esperas que amaine la tormenta
te ríes del viento.
Eres alma de maestro
con tesón de aprendiz.
Conoces el secreto de las lenguas,
y puedes llamar a las cosas
con distintas voces.
Como la lluvia de Ernestina
te presiento apasionada y lenta
bajo tus sienes enjoyadas.
Permaneciste un tiempo remando en esta nave de papel, luego tuviste que volver a tu tierra. Nos despedimos con palabras y abrazos.
Para Milagros (enero 2019)
En las próximas sesiones tu Silla en el Real Taller de la Escritura nos mirará con interrogante o con puntos suspensivos, y le devolveremos la mirada con aire de M, de M mayúscula, mientras recordamos tus palabras biográficas (guiños de una vida), tu cuaderno trabajado con esmero y ese gesto sereno de ida y vuelta, de aceptación.
En las próximas sesiones tu Sillón en el Fantástico Taller de Escritura te esperará con signos de admiración, con las letras revueltas esperando tu orden, con los brazos abiertos para abarcarte.
Viniste y te vas. Te mueves. Cambias a veces de lugar, a veces de maneras. Eliges unas; otras no se puede.
Vivir es eso, supongo, moverte, ir dejando rastro en lo que has visto y te ha visto, en lo que has tocado o te ha tocado, en las personas que te han conocido y en aquellas que has querido conocer.
A mí me ha gustado conocerte, me ha gustado escucharte, y no renuncio a seguir escuchándote ni a dejar de verte.
Lo sé, no te has ido y ya te tengo añoranza.
Vuelve, Compañera.
Ahora que estás en el reverso de la vida, en lo desconocido, no sé cómo llegar a ti; supongo que basta con pensarlo, pero escribirlo es mi ritual para darte las gracias por haber enriquecido las tardes de los miércoles; por dejar un poso de tolerancia; por compartir imaginación, ternura y palabras... por dejar un vacío.
Qué el universo te acoja amiga.