Hay un tronco perenne en medio del espejo de los chopos, pelusas levitando (patos pateando), parvada sorteando los remolinos de agua y, sobre todo, el cielo pende huérfano. Ajeno a ello, en el remanso donde descansa la ruinosa aceña con sus pretiles hundidos en el agua, las telarañas decoran las piedras del tajamar. Y toda la escena es vigilada por los guerreros de corazón de hierro.
El resto de los grupos elaboraron el nudo y el desenlace sin conocer este comienzo (al estilo del cadáver exquisito). Dejamos este espacio abierto para que vayáis escribiendo vuestros posibles nudos y desenlaces. ¿Os animáis?
¿Sin conocer este comienzo? ¿Y si acabamos de conocerlo?
ResponderEliminarEl ejercicio que se hizo en clase fue en grupos independientes que no conocían el comienzo. Si acabais de conocerlo al leer el post, encantados de recibir vuestras sugerencias. Gracias
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